8 errores al trabajar habilidades blandas con jóvenes.

El entrenamiento en habilidades blandas se ha convertido en imprescindible para conseguir una adecuada inserción social y laboral. Debido a esto, la Administración ha descubierto la utilidad que tendría trabajar estas habilidades con personas que han abandonado los estudios de manera precoz. Un adecuado desarrollo de estas habilidades tiene diferentes beneficios en el comportamiento de las personas jóvenes, en su manera de relacionarse y en la percepción de sus capacidades.

¿Qué son las habilidades blandas?

Las habilidades blandas o competencias transversales son aquellas que no tienen que ver con los conocimientos académicos o titulaciones conseguidas en la trayectoria escolar. Por ejemplo, la resolución de problemas, la expresión adecuada de peticiones, la capacidad de trabajo en equipo, la organización y gestión del tiempo, establecimiento de metas, etc.

En el Programa Motiva trabajamos habilidades blandas para mejorar la empleabilidad de los jóvenes entre 16 y 18 años. Tras tres ediciones, hemos cometido algunos errores y queremos contarte los más importantes.

8 errores al trabajar habilidades blandas con jóvenes.

1. No tener en cuenta su entorno familiar y social.

Ortega y Gasset ya nos dio algunas pistas con su famosa frase «Yo soy yo y mis circunstancias». Es innegable la influencia que tiene el entorno familiar y social en la personalidad, el desarrollo y las actitudes de las personas jóvenes. Un numeroso fracaso escolar se concentra en las zonas con más probabilidad de estar en riesgo de vulnerabilidad y esto no es casualidad, forma parte de una dinámica muy complicada.

Conocer a las personas con las que trabajas implica descubrir como es su entorno. En Motiva realizamos entrevistas a madres y padres (o personas tutoras) y esto nos da muchas pistas para abordar cada itinerario con mucho más acierto.

2. No aplicar los contenidos en la práctica.

¿Enseñarles cómo hablar con empresas y que no hablen con ellas? ¿Prepararles para una entrevista de trabajo y que no realicen ninguna? Errores. Para conseguir un buen aprendizaje es necesario práctica, que cometan errores, que los resuelvan. Es necesario ponerles en un escenario desconocido y aplacar las emociones que puedan entorpecerles. Aprender cosas nuevas y poder sacar rédito de ellas es una de las actividades que más aumentará su autoestima.

En Motiva teníamos claro que no podíamos repetir los métodos utilizados en la Educación Formal porque no habían funcionado con nuestra población. Por lo tanto, aplicar lo que vemos en clase, por ejemplo, en actividades de Aprendizaje-Servicio ayuda mucho a que chicos y chicas vean todo lo que pueden hacer con lo aprendido.

3. Ceñirte a la programación del día/No tener programación preparada.

Si vas a trabajar en esto seguro que sabes cómo realizar una programación. Mi truco es establecer objetivos de aprendizaje en cada bloque que vamos a trabajar y preparar actividades que realizar a diario. A pesar de tenerlo preparado, cada grupo es diferente y siempre realizo variaciones. Tener preparado el trabajo del día me da seguridad para enfrentar las sesiones, sin embargo, son eso, una guía.

No te tomes tus apuntes como un itinerario fijo a seguir en cada sesión. Observa. Hay días que van a aprender más fuera del aula haciendo una dinámica grupal o yendo a visitar una exposición. Salir de clase y realizar inmersiones sociales también es una forma de aprendizaje.

4. No realizar seguimientos individuales.

Seguro que en la entrevista inicial has detectado necesidades individuales de las personas con las que vas a trabajar. Es muy probable que esas necesidades estén relacionadas con las habilidades blandas. Pues bien, reserva unas horas semanales para realizar seguimientos individuales y complementar el trabajo del aula con tareas particulares. En Motiva, realizamos sesiones de media hora de duración una vez a la semana. Si hay algo concreto que trabajar, es el espacio perfecto, si no, ayudan a crear relaciones más estrechas.

5. Ser ratón o león.

La asertividad es una de las habilidades blandas más importantes cuando trabajamos en Motiva. Aprender a defenderse sin atacar, saber expresarse con respeto, justificar las propias ideas, escuchar con atención para comprender, forman parte de esta habilidad social tan importante.

Sobra decir que ser una persona asertiva siempre es muy difícil y cuando eres docente más. En ocasiones, el cansancio, la intención de guiar por lo «adecuado», los problemas, pueden hacer que nos comportemos agresiva o pasivamente. Es decir, que seamos ratones o leones en el continuo de la asertividad.

El entrenamiento en habilidades sociales se aprende, también, mediante la observación. Van a surgir conflictos con los jóvenes, pero no puedes olvidar mantener una posición asertiva. Esta es la manera más eficaz de construir relaciones sólidas con aquellas personas con las que vas a trabajar. Te ayudará a salir reforzada de los conflictos.

6. No aprender del error.

Nadie quiere cometer errores o vivir situaciones que puedan ser consideradas como fracasos, pero, inevitablemente, existen y te van a ocurrir. Tras la primera reacción, es importante que analices qué aprendizaje puedes sacar de lo que ha ocurrido, en qué puede servirte.

En Motiva ha habido muchos tropiezos, errores o situaciones que nos han permitido mejorar nuestro Programa, que nos han dado tablas. Convierte los errores en experiencias y, algún día, escribe un post para contármelo.

7. No enseñar a aprender del error.

Como en el caso de la asertividad, tu ejemplo es una importante guía para la población con la que trabajas. Esfuérzate en premiar los errores. En clase nos suspendían si nos equivocábamos, nos recriminaban por no saber la respuesta correcta, por hacer preguntas tontas. Ellos y ellas vienen de ese escenario, les salió mal y ahora tenemos que hacerlo de forma diferente. El miedo a equivocarnos es uno de los principales obstáculos al trabajar las competencias transversales. A pesar de esto, el error indica que lo han intentado y ese es un paso gigante. Ayuda a que encuentren la experiencia del error, antes habrás practicado contigo y te será muy fácil.

8. Creer que tu punto de vista es el único válido.

Uno de los mejores profesores que tuve decía que no juzgar en nuestra profesión nos llevaría a cambiar el término ladrón por el de persona que ha cambiado una cosa de sitio. Cada una de las circunstancias que envuelve la vida de una persona responde a asuntos específicos y aprendizajes concretos. Con tu intervención tienes que intentar mejorar las herramientas que ellos tienen para enfrentar su vida. Para conseguirlo es imprescindible ser empática, proporcionar oportunidades de cambio, ser flexible y comprensiva.

¡Tienes un trabajo precioso entre manos! ¡Ánimo!

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